La nutrición y el trabajo están fuertemente interrelacionados en función del rendimiento y de su influencia en el nivel de salud del individuo. Los aportes alimentarios deberían adaptarse a las características individuales y al formato de trabajo para obtener una mejor proyección de salud y como consecuencia unos mejores resultados laborales y de calidad de vida. Recientemente la Organización Internacional del Trabajo (OIT) desveló los datos de un estudio internacional realmente reveladores: una nutrición inadecuada da lugar en las empresas de todo el mundo a unas pérdidas de productividad del 20%.