En esta obra se integran los conocimientos actuales de las ciencias de la educación y de la gerontología. Esta conjugación no es sencilla. La dificultan demasiados estereotipos y departamentos, demasiada medicalización y visión patogénica del envejecimiento, inmovilismo en los servicios y en las instituciones. La necesaria, pero aún escasa, interdisciplinariedad y las barreras que levantamos contra la creatividad y la innovación continúan dificultando su existencia.